Un mapa, una llave, un mago y una buena obra.¡No te pierdas este relato lleno de aventuras!
LA LLAVE DEL TESORO
No hace mucho un hombre encontró un cofre que guardaba un tesoro. Sin embargo, la llave no apareció por ningún sitio, pero sí encontró un mapa que decía dónde encontrarla.
- Tengo que encontrar un mago para que me ayude en mi búsqueda –se dijo a sí mismo-
En una ciudad pequeñita había un mago muy valiente y con mucho poder. El hombre estuvo buscándolo hasta que lo localizó.
- ¿En qué quieres que te ayude? -preguntó el mago-
- Quiero encontrar la llave de un tesoro,
- No creo que puedas hacerlo solo, necesitas dos personas más.
- ¿Cómo? ¿Dos personas más? –preguntó el hombre-
- Necesitarás un caballero y un arquero-respondió el mago-
- ¿Dónde puedo encontrarlos?
- Están en el castillo del rey. Te acompañaré.
Cuando llegaron al castillo, el mago le pidió al rey dos de sus hombres, pero no le dijo para qué. Cuando ya los tuvieron con ellos, les explicaron su plan.
- De acuerdo, pero nos daréis la mitad a los dos -dijo el arquero.
- Así se hará -respondió el hombre-
Se pusieron en marcha y llegaron a la primera parada: una taberna que estaba llena. Como no se iban a parar mucho tiempo, decidieron entrar. Al instante, entraron unos bandoleros maleducados.
- ¡EH! Vosotros, largo de aquí. -dijo el hombre-
- ¿Nos vas a echar? Vamos, inténtalo -dijo uno de los bandoleros-.
- ¡Así lo haré! -contesto el hombre-.
El hombre tiró un palo que le dio en la cara al bandolero. El mago lanzó un hechizo y provocó un fuerte viento que empujó a los bandoleros a la pared. El arquero arrojó una flecha entre sus cabezas. Los bandoleros se fueron corriendo a la puerta de la taberna, pero el caballero se puso delante de esta con el escudo y les dio en la cabeza. Cayeron al suelo y cuando se levantaron, el caballero y el hombre les dieron una patada en el trasero. Un rato después se dirigieron a la montaña del diablo.
- ¡Ayudadme! -dijo el caballero mientras se caía al vacío-.
- Agárrate fuerte. ¡Te cogí! -dijo el hombre-.
Cuando terminaron de escalar los cuatro cayeron en un agujero que no era muy hondo y pudieron salir.
- Mirad, es el jefe de los bandoleros -gritó el mago-.
Todos usaron sus armas contra él, pero el jefe parecía imparable, no había manera de derrotarlo. Aprovechando que estaba luchando contra el caballero, el hombre salió corriendo en busca de la llave hasta que la encontró. El jefe de los bandoleros al darse cuenta de que tenía la llave cayó desmayado. El escudero, el arquero y el mago se quedaron con la boca abierta:
-¡Lo has hecho tú!-dijeron mirando al hombre-
- ¡La llave ¡ ¡Tiene la llave! -gritó el caballero-.
Dos días más tarde, los cuatro hombres recibieron una recompensa, de trescientas monedas de oro, por haber capturado a los bandoleros. El tesoro sirvió para arreglar la región. Pasaron los meses y un buen día, el mago recibió una carta que decía:
“Espero que nos volvamos a ver” Firmado Miguel -el hombre-
Enhorabuena, F.J.M.M. #EstamosConectados #QuédateConUnLibro
No hay comentarios:
Publicar un comentario