EL HÉROE.
Había una vez un perro delgado y negro al que le
encantaba saltar, jugar y correr. Cada vez que su dueño lo sacaba a la calle,
el perro se escapaba corriendo para los árboles y empezaba a ladrarles.
Un día comenzó
a ladrarle sin parar a un árbol en concreto. Pepe, que así se llamaba el sueño,
se extrañó, pero no hizo nada. Al día
siguiente, cuando lo sacó por la mañana, el perro se fue para el árbol y ladró,
ladró sin parar.
-
¿Qué
le pasará a este perro? Nunca ha ladrado así de fuerte. -se preguntó el
hombre-¡Voy a observarlo!
Como Pepe sospechaba
que algo le ocurría a Sheiko, miró el árbol bien, pero no vio nada.
Al día
siguiente, el dueño decidió quedarse un ratito más para poder observar a su
perro mejor. Cuando salieron, el perro se alejó corriendo al árbol. Los
ladridos no paraban, parecía que el animal se estaba volviendo loco. El dueño
se acercó y tranquilizó a Sheiko con un trozo de galleta. De pronto, escuchó un
maullido muy flojito que venía de lo más alto del árbol. Allí, estaba un gato
pequeño enredado en una rama.
-
Ahora
lo entiendo todo. Ladrabas por ayudar a ese pobre gatito, ¿verdad Sheiko?
Pepe llamó a los bomberos y pudieron rescatarlo. Se quedó con
el gato, en realidad una gatita, a quien
llamó Llama. Desde ese día Sheiko y Llama se hicieron muy buenos amigos.
Y
colorín, colorita, aquí termina el cuento de la gatita.
Muchas Gracias J.R.H.
#EstamosConectados #QuédateConUnLibro
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